Aconsejar a otros
sábado, 11 de abril de 2015
viernes, 10 de abril de 2015
Aconsejar a otros
La siguiente información se basa en los trabajos del Autor Jay E. Adams titulados: Capacitados para restaurar (1986) y Capacitados para orientar (1981). Las citas y párrafos textuales, se señalan como referencias con notas al pie de página.
Definición de aconsejar
Del griego «noutesia», en el Nuevo Testamento, se desglosa la palabra “noutetico” que es otra forma de llamar, según Adams, “el aconsejar bíblico”[3].
La palabra contiene tres elementos que presuponen:
Cambio
El objetivo primordial de la consejería, es crear un cambio, sin este objetivo claro, la interacción entre aconsejado y consejero, es cualquier cosa menos aconsejar.
En relación a alguien que ha sido sorprendido en pecado según Gálatas 6:1, transcribo lo siguiente que Adams (1986,27) menciona:
“Esta situación ocasiona la necesidad del cambio. El cambio que consideramos en la restauración a la utilidad es un cambio en sus pautas de vida, en la cual las creencias, actitudes y conducta pecaminosas son reemplazadas por otras rectas.
Todo aconsejar tiene que ver con cambios en creencias, juicios, valores, relaciones, comportamiento y otros elementos semejantes de la vida. El pecado en la vida humana lleva a la desfiguración de la vida en cada una de estas categorías. O sea, que el objeto del cambio en el aconsejar cristiano es, como resultado, el pensamiento y la acción pecaminosa”
Dos diferentes casos se exponen para tratar de explicar que la consejería no solo es un aconsejar curativo, sino también, como en el caso de Job y del ciego de Juan 9, un “aconsejar preventivo”[4] ya que algunas de las aflicciones que se sufren, no siempre son acarreadas por el pecado personal.
Sin embargo, la noutésia como aconsejar curativo, “se refiere a situaciones de las cuales uno se ha acarreado los problemas sobre sí mismo por su pecado, o en las cuales ha respondido de modo pecaminoso a las presiones o problemas que no había causado el mismo”[5]
Volviendo a Gálatas 6:1, se puede deducir pues que la acción que se requiere en este caso es el aconsejar curativo o noutético, toda vez que de una u otra forma, el hermano tomado en falta, “ha estado pensando y obrando pecaminosamente”[6], por lo cual, un cambio es urgente.
Confrontación
Es el elemento indispensable que debe sustentar la confrontación, ya que de otra manera, esta será improductiva. “el interés por otro, el deseo ardiente y el esfuerzo incansable de aliviar la miseria que las pautas de vida pecaminosas han infligido sobre el otro, son las marcas del aconsejar noutético, bíblico”[7]
Este elemento requiere guía del Espíritu Santo, ministración de las Escrituras y oración por sabiduría para trazar bien la Palabra, y por fuerza para que el aconsejado la obedezca, de tal manera que “quede redargüido de su pecado y sea dirigido hacia el cambio que Dios requiere”[8].
Bibliografía consultada
Adams, Jay E. Capacitados para orientar. Editorial Portavoz, 1981. Grands Rapids Michigan
Adams, Jay E. Capacitados para restaurar. Editorial CLIE, 1986. Barcelona España
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